Los creas o no, hay una gran variedad de alimentos que provocan ansiedad y esto es lo que debes saber sobre ellos.

Existe un gran número de listados sobre las cosas que puedes incorporar a tu dieta y que impactarán positivamente en tu salud y bienestar. Están los alimentos que fortalecerán tu cabello y disminuirán la caída del cabello; los que al ingerirlos mejorarán el aspecto de tu piel, incluso aquellos que benefician la perdida de peso. La lista es interminable. Sin embargo, de lo que se habla con menor regularidad es de los alimentos que no hay que comer y que con frecuencia son muy comunes en nuestra dieta diaria.

Nos referimos a los alimentos que atacan por sorpresa, a aquellos que en ocasiones son aparentemente inofensivos y a los que pueden ser obviamente dañinos. Del mismo modo que hay alimentos que son perjudiciales para la pérdida de peso sin ser obvios o alimentos que provocan brotes aunque parezcan totalmente inofensivos, también hay una serie de alimentos que contribuyen a los síntomas de la ansiedad y que si dejas de consumirlos podrías ayudar a reducir la ansiedad. Y, aunque la lista es bastante larga, hay cuatro protagonistas principales que suelen tener los efectos más adversos. He aquí los alimentos que deberías vigilar.

Cafeína

Esta es posiblemente la más obvia de la lista, teniendo en cuenta su larga asociación con la hiperactividad y el nerviosismo. Pero ayuda a entender por qué la cafeína es especialmente mala para la ansiedad y en qué formas es la peor.

La cafeína en sí misma no provoca necesariamente ansiedad y nerviosismo, sino que es su consumo a partir de cierto punto lo que tiende a hacerlo. Ese punto es hasta 400 miligramos de cafeína al día. Cualquier cantidad superior tiende a iniciar y agravar los síntomas de ansiedad. Mientras que el café es posiblemente la peor forma de consumirla, un calmante como té de menta o lavanda en realidad hace mucho menos daño.

Comida frita

Caf servido en una taza blanca

De nuevo otro contendiente que esperas ver en una lista de los alimentos que afectan la salud; pero hay una razón muy específica por la que la comida frita puede desencadenar ansiedad. La comida frita como el pollo frito, las hamburguesas, las papas fritas, los palitos de mozzarella, etc. son increíblemente poco saludables y tienen poco o ningún valor nutricional, lo que hace que sean difíciles de digerir para el cuerpo. Esa dificultad en la digestión provoca reflujo ácido, así como problemas gastrointestinales y otros síntomas físicos que desencadenan la ansiedad.

Azúcar

Este es otro alimento con una larga asociación con la hiperactividad y el desencadenamiento del nerviosismo. El azúcar es sin duda un grupo de los alimentos que provocan ansiedad. Algunos azúcares se encuentran de forma natural, por ejemplo en la fruta que comemos. Pero el azúcar refinado puede ser una pesadilla si eres propenso a la ansiedad. Este puede provocar subidas y bajadas de azúcar en la sangre, así como subidones repentinos de energía. Y cuando el nivel de azúcar en sangre se desploma, esto afecta al estado de ánimo y la ansiedad aumenta automáticamente.

Podrías imaginar que los culpables azucarados serían bastante fáciles de detectar, pero incluso condimentos como la catsup, el aderezo para ensaladas y las salsas para pasta pueden tener azúcar añadido en el que no necesariamente piensas que son factores desencadenantes de sentimientos de irritabilidad, pánico y depresión.

Alimentos procesados y carnes

Hombre comiendo hamburguesa

Probablemente ya has oído hablar mucho de lo terrible que son los alimentos procesados y las carnes procesadas para el sistema inmunológico, la piel, los propósitos de pérdida de peso y otras cosas. Pero aparte de ser malos para el organismo en general, los alimentos procesados como las sopas instantáneas, el queso procesado, la comida chatarra, entre otros, también pueden tener un efecto extremadamente adverso para las personas con ansiedad. Esto se debe en gran parte a la excesiva cantidad de sal que contienen la mayoría de ellos, lo que eleva la tensión arterial y hace que el corazón trabaje más. Esto provoca un pico de adrenalina en el torrente sanguíneo, lo que provoca ansiedad y cambios de humor.

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