No hay duda de que la guanábana es una fruta cuya pulpa es cremosa, muy jugosa, aromática y con un marcado sabor ácido bastante agradable. Por su contenido en fibra insoluble, ayuda a regular la flora intestinal. De hecho, también presenta un efecto beneficioso contra el estreñimiento.

Dado a que tiene un elevado contenido en potasio, unido a su bajo nivel en sodio, hace que tenga propiedades diuréticas. De hecho, es tan escasa en calorías que le va como anillo al dedo a las personas hipertensas y con problemas cardíacos. Sin embargo, siempre será mejor consultarlo con su médico.

Al igual que la mayoría de las frutas tropicales, la guanábana está constituida principalmente por agua. Además, tiene gran cantidad de hidratos de carbono, sobre todo, en forma de glucosa, fructosa, y en menor medida sacarosa. Es igualmente rica en fósforo y baja en calcio. En cuanto a vitaminas, es más bien escasa. Tiene más cantidad de la C y B2 y B3, que la B1.

Una fruta delicada

la guanábana

Por lo general se puede consumir naturalmente. Aunque es empleada en gran parte para la preparación de jugos, dulces, sorbetes, helados y confituras. Eso sí, quitándole las numerosas semillas negras y alargadas que contiene en su interior.

La guanábana es bastante delicada, por lo que su consumo no se debe prolongar durante mucho tiempo. Una manera de protegerla contra la desecación, es no guardarla en un lugar demasiado seco.

Si no está madura, la puede dejar perfectamente a temperatura ambiente mientras adquiere el grado de maduración adecuado. Al igual que otras frutas, no es recomendable someterla a temperaturas muy frías. Trate en lo posible que una vez esté madura consumirla. Puede mantenerla en la nevera el tiempo necesario para que se enfríe antes de su consumo.

fuente Cocina y Vino

Deja una respuesta