La principal recomendación es servir los quesos frescos, que hayan sido refrigerados a una temperatura que oscile entre 8° y 17° C, dependiendo del tipo de maduración. Para ello es importante sacarlos del refrigerador unas horas antes de poder degustarlos.

Asimismo, hay ciertas combinaciones que se pueden tomar en cuenta a la hora de mezclar estos maravillosos productos, como por ejemplo:

  • El Gouda con un Borgoña.
  • Queso Pepato con un Syrah.
  • El Blue Bert combina bien con un Chenin.
  • Que azul acompañado de un Torrontés de Cuyo.
  • El Gruyere con un Merlot o un Pedro Jiménez.
  • El Munster va de lujo con un Gewüstraminer o Traminer.
  • Queso de cabra con las variedades de Sauvignon Blanc.
  • Queso Cheddar con un Malbec o un Cabernet Sauvignon.

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