Ser cocinero de la familia real británica no es para cualquiera, pues la exigencia, como es de esperarse, es alta. De allí el logro de Enrico Derflingher, quien fue chef personal del ahora rey Carlos III y su familia.
Derflingher es un profesional de la gastronomía con una larga y envidiable trayectoria. Según expone en su página web, es el “primer y único italiano” en trabajar directamente para la monarquía británica hasta los momentos.
Esto ocurrió específicamente en el Palacio de Kensington de Londres, donde fue el encargado de preparar las comidas de los príncipes de Gales, Carlos y Diana, además de sus hijos William y Harry.
Una labor real
Derflingher nació en la ciudad de Lecco, en la región de Lombardía, en 1962. Desde muy joven comenzó su formación gastronómica, pasando por restaurantes de Italia, Francia e Inglaterra.
Tenía apenas 26 años cuando llegó la primera gran oportunidad de su vida: trabajar para la monarquía británica. “Recuerdo el momento en que recibí la llamada telefónica del embajador italiano en Londres: ‘Mañana se te presentará en una ceremonia oficial a la familia inglesa”, cita en su portal.
En primer lugar, Enrico Derflingher pensó que solo se trataba de un encuentro especial en la embajada italiana en Londres, pero realmente había sido seleccionado como cocinero de la pareja, residenciada en el palacio de Kensington.
Por tres años, el italiano perfeccionó sus habilidades en la gastronomía británica, esto sin dejar las influencias de su nación en cada preparación que elaboraba. Lo hizo no solo dentro del hogar de Carlos y Diana, sino en múltiples situaciones.
“Los compromisos fueron realmente numerosos, llevándome a viajar con ellos por los países de la Mancomunidad de Naciones y por el mundo en general. He tenido el honor de cocinar en varias cenas con jefes de estado de todos los rincones del mundo y en las condiciones más particulares. Es difícil resumir en unas pocas líneas esta magnífica aventura que ha dejado una huella imborrable y rica en mi vida, una emoción que aún hoy sigue viva”, comenta.
La creación de Enrico Derflingher que enamoró al rey
Durante sus tiempos cocinando para Carlos III, el italiano dio con un postre que fue su deleite: la crema de limón. Como ha ocurrido con muchas otras recetas, esta surgió por accidente o, más bien, por necesidad.
Todo fue durante un viaje a las islas de Shetland (Escocia). “Solo íbamos a quedarnos tres días, pero, debido al mar tormentoso, nos quedamos más tiempo en la isla. En la cocina, después de unos días, me estaba quedando sin suministros. Entonces, se me ocurrió un postre simple, preparado con solo tres ingredientes: leche de oveja local, limones de Amalfi y azúcar”, recuerda el italiano.
Esta crema, decorada con una galleta, le encantó al ahora líder de la monarquía británica. “Le gustó mucho, hasta el punto de que me pidió que lo cocinara para un almuerzo oficial en el Palacio de Kensington y para una cena de estado en Windsor poco después”, dice.
En sus palabras, en el poco tiempo que trabajó para Carlos y Diana, cree haber elaborado la crema de limón “más de 200 veces”. Asegurando que es un postre “fácil de preparar y además cómodo de servir”.
fuente : cocina y vino