La Rioja es una denominación de origen calificada (DOCa) de España con la que se distinguen ciertos vinos elaborados en áreas de las comunidades autónomas de La Rioja y el País Vasco, mayoritariamente, y en menor medida, en Navarra y Castilla y León.
La producción media anual de vino de Rioja es de 269 millones de litros (en el 2020), con un 85% de vino tinto y un 15% de vino blanco y rosado. Los vinos de Rioja son frescos, aromáticos, de composición equilibrada y excelente buqué. El vino de la DOCa Rioja se identifica por sus contraetiquetas y precintos numerados.
Es la denominación de origen más elegida por los consumidores tanto dentro como fuera de casa, con un 36% y un 27%, respectivamente, de las consumiciones. Dentro de la Unión Europea, el Rioja cuenta con la protección de Denominación de Origen Protegida (DOP) desde el 13 de junio de 1986. También cuenta con registro ante la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual desde el 22 de junio de 20211.
El cultivo de la vid llegó a La Rioja a través de los romanos, los fenicios y los primitivos celtíberos. El documento conservado más antiguo que hace referencia a la existencia de vid en La Rioja data del año 873. Procede del Cartulario de San Millán y trata una donación en la que aparece el Monasterio de San Andrés de Trepeana (Treviana).
Durante la Edad Media, el viñedo riojano ocupó en la Edad Media central la proporción habitual del espacio rural. En el siglo XIII, Gonzalo de Berceo, clérigo del monasterio de Suso en San Millán de la Cogolla (La Rioja) y primer poeta español conocido, menciona el vino en sus versos1.
En resumen, los vinos de La Rioja son una joya vinícola con una rica historia y una calidad excepcional. Desde los tintos robustos hasta los blancos frescos, esta región ofrece una amplia variedad de opciones para los amantes del vino.