El ser inteligente puede darte muchas ventajas en la vida como una amplia capacidad para comprender lo que sucede a tu alrededor, buenos resultados en tus metas y proyectos y quizá incluso una mayor capacidad de empatía y habilidades sociales. Sin embargo, el ser inteligente no siempre es algo sencillo o positivo que todo el mundo deba envidiar. 

Por ejemplo, pese a que en la sociedad está muy bien visto ser inteligente y los grados académicos, así como los logros intelectuales, suelen premiarse constantemente, también podemos reconocer que en algunos ámbitos sociales el ser inteligente parece ser más bien contraproducente para la felicidad de las personas. Esto se puede ver incluso en algunas películas románticas, desde las comerciales hasta las de culto, donde los personajes inteligentes, aunque son muy deseados, casi siempre tienen mala suerte en el amor. Como si usar la mente con sabiduría o intensidad fuera una especie de maldición al momento de encontrar pareja. Y la verdad es que esto no es tan distinto de lo que sucede en la vida real, pero ¿por qué parece que el ser inteligente te causa problemas en el amor? 

Sobre piensan las cosas

La gente inteligente tiende a sobrepensar mucho lo que sucede en su vida. En ese sentido, aunque conozcan a alguien y pasen un muy buen rato con esa persona, por ejemplo en una excelente primera cita, de igual manera les tomará un tiempo pensar las ventajas y desventajas de iniciar un vínculo con alguien, y también necesitarán espacio para sopesar y analizar si ese alguien les hace sentir bien o no, tomando en cuenta qué quieren en su vida, qué pueden ofrecer, etc. Este tiempo para pensar y cierta distancia mientras se conoce a alguien puede parecer un signo de distanciamiento emocional, pero no necesariamente lo es. A veces la gente inteligente conecta mucho más después de pensar un tiempo si estar o no con alguien, aunque a veces el sí llegue demasiado tarde. 

Son independientes 

En la concepción de amor romántico que nos han enseñado desde que somos niños, existe la idea de que al conocer el amor, dejamos todo por él. Pero la gente inteligente sabe muy bien que no es así, que el amor complementa, pero la felicidad es una cuestión individual. Por eso, pueden parecer egoístas o frías, pero en realidad ayuda mucho el que una persona sea independiente, pues no genera dinámicas tóxicas de apego en una relación. 

Persona independiente en un auto

Priorizan sus propias metas

Quizá querías ver a esa persona en un viernes, pero no pudiste hacerlo porque te dijo que quería estudiar para un examen o que debía descansar para su partido de mañana. La gente inteligente tiende a poner como prioridad sus intereses, y eso no significa que no te quieran, pero sí que para ellos es importante cumplir con sus metas. Lo mejor en esos casos es que la gente que se siente así, encuentre parejas también independientes o al menos que lo apoyen en sus necesidades, claro, siempre y cuando no se pierda la empatía hacia las necesidades emocionales de los demás. 

Tienen altos estándares

Al ser inteligentes, las personas casi siempre demandan mucho de sí mismas para mejorar constantemente. Por lo mismo, es común que esperen un ritmo similar de sus parejas, y esto hace que puedan tener altos estándares de los demás. Aunque existe flexibilidad en ese sentido, una persona inteligente se sentirá aburrida si no nota capacidad de autocrítica y mejora en su ser amado. 

Racionalizan todo 

Para una persona que su prioridad se encuentra en la inteligencia, lo más probable es que quieran racionalizar todo, incluso sus sentimientos. Así, si un día sienten atracción por alguien, comenzarán a preguntarse “¿por qué me siento de esta manera?” y esto puede frenarlos un poco al momento de dejarse ir. 

Disfrutan su soltería

Cuando la gente disfruta de su mente, es capaz de entretenerse muy bien en soledad y de encontrar formas creativas de pasar el tiempo sin necesidad de otras personas. Esto hace que a las personas inteligentes les resulte más sencillo estar solteras y que no busquen desesperadamente a alguien, pues encuentran placer en su propia compañía.  

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