Las bebidas alcohólicas pueden causar efectos interesantes en los consumidores. Los más susceptibles pueden romper en llanto y hasta partirse de risa sin motivo alguno. En cambio, los más adictos se tornan sabiondos y hasta filósofos.
El alcohol es capaz de despertar el intelecto y los más intrínsecos conocimientos, pero solo un buen bebedor conoce todos los detalles de su licor favorito. Quien no quiera quedar como ignorante en las burbujeantes tertulias, es mejor que preste atención a estos curiosos datos sobre uno de los destilados más espectaculares del mundo.
Si no es de Cognac, no es coñac
Al igual que el champagne o el oporto, la elaboración de esta bebida debe hacerse en la región francesa de Cognac para poder ser llamada y etiquetada como tal. El suelo de este territorio dispone de una calidad altísima por la presencia de arcilla y calcita, lo que le da un sabor especial a la uva empleada en su producción.
Proceso arduo y específico
Además de la exigencia de que las uvas provengan en su totalidad de Cognac, el vino extraído debe ser destilado dos veces en alambiques de olla de cobre.
A su vez, la recolección de las uvas y su posterior conversión en vino solo se puede hacer entre septiembre y octubre. Por su parte, el proceso de destilación se da entre noviembre y marzo. El líquido resultante se tiene que dejar madurar en barriles durante al menos dos años.
Solo tres tipos
Al igual que vinos y otros productos como el vinagre balsámico, el coñac se clasifica según su edad. El de menor tiempo se llama Very Special (“muy especial”) y va especificado en la etiqueta como V. S., lo que significa que solo ha estado envejeciendo durante dos años.
Los que llevan al menos cuatro años madurando se llaman Very Superior Old Pale (“antiguo y pálido muy superior”), abreviado como V. S. O. P., y los más añejados, que llevan más de seis años, se conocen como Extra Old (“bastante antiguo”), y van etiquetados como X. O.
Atractivo protagonista
Por mucho tiempo, el coñac fue la excusa perfecta para ir al bar o a algún local a compartir con familiares y amigos. Muchos de los cocteles que hoy día usan whiskey o ron fueron diseñados originalmente con coñac.
Según expertos de la mixología, el coñac es el aditivo perfecto de frutas y jugos para crear muy buenos tragos con técnicas modernas.
Ni tan rancio
Cuando alguien se refiere a que un alimento está rancio es porque adquirió un sabor indeseado, pero no putrefacto. Pero cuando se trata del coñac, la palabra hace referencia a que sus niveles de sabor y aroma están en el punto perfecto.
En ese estado, dicen los expertos, alcanza un sabor parecido al caramelo, aunque más amargo, o a nuez amarga. Mientras más “rancio” está el coñac, es porque tiene más años madurando.
¿Y de dónde viene el sidecar?
Probablemente el coctel más conocido que incluye coñac es el sidecar. Es producto de la mezcla de licor de naranja, jugo de limón y coñac. A estas alturas, el origen de este peculiar trago es desconocido.
Unos dicen que fue inventado en París a comienzos del siglo XX, pero otros consideran que se originó en un bar de Nueva York.
El más caro de la historia
Según los record Guinness, el coñac más caro vendido en la historia fue el Cuvée Léonie, cuya data era de 1858. Fue comprado en Shanghái, en una subasta donde alcanzó el precio de 156.740 dólares.